Sueño olímpico

Lo más cerca que he estado de ser olímpico fue cuando nos clasificamos, hace ya unos cuantos años, para la Final Provincial de Juegos Populares celebrada en Cuenca, donde nuestro equipo (Julio, Brígido, Guillermo y yo), representando a mi pueblo, Huerta del Marquesado, fue derrotado por Las Pedroñeras en la modalidad de CALVA. Estas finales HUERTA-LAS PEDRONERAS eran YA UN CLÁSICO. Lo más parecido al duelo Federer-Nadal. Más bien Nadal-Federer, ya que ellos eran más de piedra pequeña y estilo y nosotros de pedrusco y FE.
Este juego tradicional, La Calva, está muy arraigado en mi pueblo. Dos equipos de 4 jugadores tratan de golpear directamente con una piedra un trozo de madera (la calva) situado a unos 20 metros en el suelo. Ojo, no vale de rebote, si toca primero el suelo no es válido. Si en un turno, tras lanzar todos los jugadores su piedra, ninguno ha impactado en LA CALVA, se mide la marca del suelo más cercana dejada por la piedra. Impacto directo: tres puntos. Piedra más cercana: 1 punto. El primero en llegar a 13 puntos gana una partida.
Cada uno tenemos nuestra propia piedra (el calvo) escogida acorde a nuestra fuerza y envergadura de la mano. La mía, mi calvo, es regalo del “tío Guillermo”. Un guijarro de río, oscuro y pesado con apoyo para el pulgar. Sí, porque las piedras a veces se retocan y pulen para ajustarlas un poco más en peso o que tengan mejor agarre.
Madre mía, qué tardes de verano en la era de Bartolo…menudas partidas se montaban…aún recuerdo el día que ganamos a los “galácticos” (Benito, Emiliano, Miguelete y Gregorio) para las fiestas patronales.
Tardes llenas de risas y bromas, no exentas de polémica con jugadas muy dudosas. Y si se terciaba (que se terciaba) se acercaba Bonifa a casa de La María a por zurra y magdalenas para amenizar la tarde. Tales eran los piques y la afición, que poco faltaría para que se aprobase en el presupuesto municipal la instalación de un Ojo de Halcón en la era de Bartolo como en los partidos de tenis. Me hacía gracia cuando llegábamos a la era y hacíamos equipos. Venga!! Hoy Jóvenes contra viejos…jeje. Mi equipo, el de los jóvenes, promediaba una edad de unos 45-50 años. No os cuento cómo andaba el “otro bando”…Otra tarde VENGA!!!! MOZOS CONTRA CASADOS. Mi equipo, el de los mozos (los solteros de oro, jeje) también peinaba canas…Y es que, desgraciadamente las nuevas generaciones no tienen afición, y estos juegos tradicionales corren el riesgo de desaparecer, y es una verdadera lástima. Porque además, mi sueño de ser olímpico pasaba por que la Calva fuese incluida como deporte en la lista oficial de los Juegos. Total, si el Curling es deporte olímpico…

Aquí tenéis al equipazo de aquella final. Julio, Brígido, Guillermo y yo



SUS LOVIU!!!!